Es totalmente normal que tu lomito se asuste cada vez que lo llevas al veterinario, ya que cuando los llevamos es para hacer alguna intervención que les termina doliendo, ya sea una vacuna, curar una herida o pasar a alguna revisión incómoda.
Pero el hecho de que sea frecuente que tu lomito se asuste cuando va a la clínica veterinaria no significa que sea un buen comportamiento, ya que la pasan mal y con el tiempo la cosa puede ir empeorando.
Existen algunos factores que propician el temor en los perritos, por ejemplo, los lomitos más nerviosos suelen ser los de raza pequeña como los chihuahuas o algunos mestizos, también algunas razas grandes como los husky siberianos o retrivers.
Influye también el estilo de vida de tu lomito, si es una mascota de compañía únicamente podría ser más propenso a estar más alerta y por lo tanto nervioso; comparado con algunos perros como aquellos que tienen un rol de crianza o antecedentes de trabajo como los lazarillos, suelen presentar menos estrés a una visita clínica.
Algunos perritos que han sido adoptados y desafortunadamente han sufrido maltrato, acarrean consecuencias como nerviosismo constante debido a su historia de vida, si este es el caso de tu lomito, te recomendamos que le des mucho amor y lo prepares poco a poco para llevarlo a consulta.
Es muy importante que tomes en cuenta que nuestro mejor amigo es un reflejo de nuestra propia energía, por lo que si tú también vas nervioso a las visitas de rutina ellos pueden ponerse más temerosos.
Al igual que nosotros, los perritos no perderán su miedo de un día a otro con tan solo palabras o gestos, habrá que poner en práctica mucha paciencia y estar calmados cada vez que se asusten, darles mimos y mucha cercanía para que con el tiempo vayan perdiendo ese temor.
Por esta razón, es recomendable acudir periódicamente al médico veterinario a hacer chequeos de rutina, no únicamente cuando la dolencia de nuestro perrito está muy avanzada; así podemos irlos acostumbrando y evitar estos comportamientos en el largo plazo.
Un lomito viene lleno de responsabilidades como su comportamiento, salud, sana alimentación y por su puesto su felicidad y, aunque llevarlo al médico veterinario es solo una de esas responsabilidades, lo más recomendable es acudir con uno que te inspire mucha confianza y le transmita a tu mejor amigo la calma que necesita.
